Tipos de Interés

El tipo de interés es el importe cobrado, expresado como un porcentaje del principal, por un prestamista a un prestatario por el uso de los bienes. Los tipos de interés se observan por lo general sobre una base anual, conocida como la tasa de porcentaje anual (APR). Los activos prestados podrían incluir, dinero en efectivo, bienes de consumo, activos grandes, tales como un vehículo o edificio.

El interés es esencialmente un alquiler, leasing o cargo para el prestatario, por el uso del activo. En el caso de un gran activo, como un vehículo o edificio, el tipo de interés es a veces conocido como la "tasa de arrendamiento". Cuando el prestatario es un acreedor de bajo riesgo, por lo general se le cobrará un tipo de interés bajo; si el prestatario se considera de alto riesgo, el tipo de interés que pagará será mayor.

Análisis del concepto de tipo de interés

El tipo de interés es una tasa pagada sobre los activos prestados. Es el precio pagado por el uso de dinero prestado, o, el dinero ganado por los fondos depositados.

Los intereses se calcularán sobre el valor de los activos de la misma manera que en el dinero. Los intereses son considerados como "el coste de alquilar dinero". Cuando el dinero es depositado en un banco, el interés se suelen pagar a los depositantes como porcentaje de la cantidad depositada (tipo de interés), cuando se pide dinero prestado, el interés se suelen pagar al prestamista como un porcentaje de la cantidad adeudada. Así, el porcentaje del capital que se paga en concepto de gastos durante un período de tiempo determinado (generalmente un mes o un año), se llama el tipo de interés.

Interés es la compensación al prestamista, para:

a) riesgo de pérdida de capital, también denominado riesgo de crédito, y

b) renunciar a otras inversiones útiles que se podrían haber hecho con el activo cedido (coste de oportunidad). El prestatario entonces disfruta de las ventajas de utilizar los activos antes del esfuerzo requerido para obtenerlos sin pedir un préstamo, mientras que el prestamista goza del beneficio de la tasa (tipo de interés) pagada por el prestatario por el privilegio. En economía, el interés se considera el precio del crédito.

Historia de los tipos de interés

Ya el antiguo Israel bíblico, estaba en contra de cobrar intereses según la Ley de Moisés. También durante la Edad Media, el tiempo era considerado como propiedad de Dios, por lo tanto los intereses cobrados pro disponer de algo durante un tiempo, era considerado negativamente ya que suponía comerciar con la propiedad de Dios. La iglesia consideraba esto como upecado de la usura, sin embargo, esta regla no se cumplió estrictamente y se erosionó gradualmente, hasta que desapareció durante la revolución industrial.

La usura siempre ha sido vista negativamente por la Iglesia Católica Romana. El Segundo Concilio de Letrán condenó cualquier pago de una deuda con más dinero del que fue prestado inicialmente, el Consejo de Viena prohíbe explícitamente la usura y declaró herética toda legislación tolerante con la usura, y los primeros escolásticos reprobaron el cobro de intereses.

En la economía medieval, los préstamos eran una consecuencia directa de la necesidad (las malas cosechas, el fuego en un lugar de trabajo) y, en esas condiciones, se consideró moralmente reprochable a cobrar intereses. También se consideró moralmente dudosa, ya que ninguna mercancía se producía mediante el préstamo de dinero, por lo que no debería ser compensada, a diferencia de otras actividades de producción física directa, como la herrería o la agricultura.

El interés ha sido a menudo menospreciado en la civilización islámica y por la misma razón por la que la usura está prohibida por la Iglesia Católica, la mayoría de los estudiosos de acuerdo en que el Corán prohíbe explícitamente el cobro de intereses.

Sin embargo, durante el Renacimiento, una mayor movilidad de las personas producido por un aumento en el comercio y la aparición de condiciones adecuadas para los empresarios para iniciar nuevos negocios lucrativos cambiaron la perfección de los intereses como usura.

Teniendo en cuenta que el dinero prestado ya no era estrictamente para el consumo, sino para la producción, el interés ya no se consideraba de la misma manera. La Escuela de Salamanca se refirió a varias razones que justificaban el cobro de intereses: la persona que recibió un préstamo es beneficiado, y se podría considerar el interés como una prima por el riesgo asumido por la parte del prestamista. También estaba la cuestión del costo de oportunidad para quien presta el dinero ya que deja de aprovechar otras posibilidades de utilizar el dinero prestado. Por último y tal vez más original fue la consideración del propio dinero como una mercancía, y el uso de su dinero como algo por lo que debe recibir un beneficio en forma de intereses. Martín de Azpilcueta consideró también el efecto del tiempo. En igualdad de condiciones, uno prefiere recibir un bien ahora y no en el futuro. Esta preferencia indica mayor valor. Interés, bajo esta teoría, es el pago por el tiempo que se priva al individuo de disponer del dinero.

Económicamente, la tasa de interés es el costo de capital y está sujeto a las leyes de la oferta y la demanda de la oferta monetaria. El primer intento de controlar las tasas de interés a través de la manipulación de la oferta monetaria fue realizada por el Banco Central de Francia en 1847.

Los primeros estudios formales de los tipos de interés y su impacto en la sociedad se llevaron a cabo por Adam Smith, Jeremy Bentham y Mirabeau durante el nacimiento del pensamiento económico clásico. En el siglo 20, Irving Fisher hizo un avance importante en el análisis económico de los tipos de interés, distinguiendo de interés nominal de interés real. Varios puntos de vista sobre la naturaleza y repercusiones de los tipos de interés han surgido desde entonces.

La segunda mitad del siglo 20 vio el surgimiento de la banca islámica sin intereses y las finanzas, un movimiento que intenta aplicar la ley religiosa desarrollada en la época medieval a la economía moderna. Algunos países enteros, incluyendo a Irán, Sudán y Pakistán, han tomado medidas para erradicar el interés de sus sistemas financieros por completo. En lugar de cobrar intereses, el prestamista sin intereses cobra una "tasa" para el servicio de préstamo. Como cualquier tarifa/tasa se puede demostrar que matemáticamente es idéntica al tipo de interéssiendo la diferencia meramente semántica

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